viernes, 24 de abril de 2015

En mi buzón # 11

Intento mantener el propósito de no aumentar el número de lecturas pendientes y lo consigo, pero en papel. Este mes sólo han entrado libros en mi lector electrónico.

En primer lugar, La Templanza, de María Dueñas, del que llevo leído la mitad y me está encantando. Después de la decepción que, para mí, supuso Misión Olvido, me vuelve a enganchar una novela de la autora de El tiempo entre costuras.



Muerte de un violinista, de José Luis Correa, ya leído y reseñado.



Gracias a la Iniciativa Príncipe o rana, organizado en el blog No solo leo, llegaron a mi correo Sueños de arena, de Raquel Campos y En busca de un hogar, de Claudia Cardozo.





Por último, pero no menos importante, gracias a Francisco Tessainer por el envío de su novela El falso Da Vinci .

LA NOVELA QUE DESBARATA EL MITO DEL GENIO

En un siglo, el XV, en el que la vida no vale nada y en un territorio, la actual Italia, por entonces dividido en influyentes ciudades estado; un hombre de extraordinario parecido a Leonardo Da Vinci aprovecha un accidente para suplantar al gran maestro. Ahora bien, puesto que no posee sus habilidades, enseguida se da cuenta de que si desea mantener el engaño debe apropiarse del trabajo de otros artistas. Después de saborear las ventajas de su nuevo nombre, el protagonista decide utilizar los mismos métodos que los poderosos de su época para mantener sus recién conseguidos privilegios.
El falso Da Vinci es una sorprendente novela de aventuras y crímenes que juega con el pasado posible de los hechos reales e intenta acercarse a las incógnitas todavía pendientes en torno a la figura del genio: su vida privada y la paradoja de que, en realidad, él no fue un hombre, sino tres, cuatro, cinco, seis…


miércoles, 15 de abril de 2015

Resumen primer trimestre

En este primer trimestre he leído bastante, para el tiempo del que dispongo, y variado. Bien es cierto que el tiempo frío invita a estar más en casa lo que, en mi caso, se traduce en más lecturas. Este es un resumen.



Enero:

No hay cuervos, John Hart
El muñeco de nieve, Jo Nesbo
Destroza este diario, Keri Smith
La canción de los maoríes, Sarah Lark
Persiguiendo a Silvia, Elísabet Benavent

Febrero:

Noticias de la noche, Petros Márkaris
Encontrando a Silvia, Elísabet Benavent
Maravilloso desastre, Jamie McGuire
Que el tiempo nos encuentre, Teresa Viejo
La lista de los nombres olvidados, Kristin Harmel

En este mes, y en un tremendo arrebato masoquista, también leí las dos novelas que completan la trilogía de Jamie McGuire. Además de Maravilloso desastre tenemos Inevitable desastre y Un desastre es para siempre. No me preguntéis la causa. Yo misma no me lo explico, debió de ser algún tipo de locura transitoria. Ni siquiera llegué a escribir la reseña porque habría sido devastadora. Se trata del mismo libro escrito tres veces añadiendo un poquito al final. Primero desde la perspectiva de la protagonista, después desde la del chico y, por último, un cierre absurdo en el que estaba claro que la cosa no daba para más pero había que rellenar.

Marzo:

Sígueme la corriente, Megan Maxwell
Un tipo casi normal en una situación casi anormalPablo Carnicero
Tierra, Marta Sarramián

Este mes también se quedaron muchas reseñas en el tintero, algunas están programadas para la Yincana Criminal y otras espero poder sacarlas poco a poco. Un millón de gotas, de Víctor del Árbol, la mejor lectura en lo que va de año, la trilogía completa de Elísabet Benavent, y Don de lenguas de Rosa Ribas y Sabine Hofmann irán saliendo en los próximos días.


En cuanto a los retos a los que me apunté los avances son desiguales:

- El reto Novela Histórica está un poco parado. Sólo he leídos dos de los diez títulos necesarios para superarlo.
- El reto 25 españoles va mucho mejor, con siete de las veinticinco lecturas mínimas reseñadas.
- El reto genérico también apunta maneras, con doce de las cuarenta reseñas necesarias para superarlo.
- En el reto autores de la A a la Z llevo 8 letras así que aún me faltan unas cuantas para completar el abecedario.

viernes, 10 de abril de 2015

Don de lenguas, Rosa Ribas y Sabine Hofmann

No lo puedo remediar. Propósito que hago propósito que incumplo. Esta vez le tocó el turno al de no traerme ningún libro de la biblioteca hasta no reducir considerablemente mis lecturas pendientes. Pero también ha caído. Suelo llevar a los niños un par de tardes al mes como mínimo. Cambiamos cuentos y películas y estamos un rato ojeando. Y cuando los tengo entretenidos me despisto un poco en la sección de adultos en la que siempre se me pega alguno a las manos. Por mucho que tenga pendiente de leer, no lo puedo evitar. En la última visita fue Don de lenguas, de Rosa Ribas y Sabine Hofmann.


Sinopsis:

«Allí estaba Mariona. Blanca, rubia, carnosa y muerta.»

Barcelona, 1952: quedan pocas semanas para el Congreso Eucarístico, y la consigna oficial es dar una imagen impoluta de la ciudad, pues está en juego la legitimidad internacional del Régimen.
Ana Martí, novata cronista de sociedad de La Vanguardia, encontrará en el encargo de cubrir el asesinato de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía, su oportunidad para escribir sobre temas serios. El caso ha sido encomendado al inspector Isidro Castro de la Brigada de Investigación Criminal, un hosco policía de doloroso pasado, que tendrá que aceptar de mala gana que Ana cubra la investigación.
Pero la joven periodista pronto descubrirá nuevas pistas que se apartan de la versión oficial de los hechos y recurre a la ayuda de su prima Beatriz Noguer, una eminente filóloga. Lo que en principio parecía una inofensiva consulta lingüística sobre unas misteriosas cartas encontradas entre los papeles de la difunta se convertirá en el inicio de una serie de revelaciones en las que están implicadas personas muy influyentes de la sociedad barcelonesa…
En medio de un ambiente hostil poblado de funcionarios y políticos corruptos, porteras entrometidas, policías violentos, prostitutas y ladrones de buen corazón, la inteligencia y el arrojo de Ana y los conocimientos lingüísticos y literarios de Beatriz serán sus únicas armas para resolver el caso.


Mi lectura:

Hay novelas que me atraen por su autor, otras por su portada, otras por su sinopsis (aunque cada vez me fío menos de ellas) y otras por los primeros párrafos ojeados antes de comprarlo o llevármelo de la biblioteca.
Con Don de lenguas me bastó con leer la primera línea para decidir que me la llevaba: "Allí estaba Mariona. Blanca, rubia, carnosa y muerta." Me parece un muy buen comienzo para una novela policíaca que, en conjunto, me pareció bien escrita, con unos personajes interesantes, ambientada con mucho acierto y con una trama bien urdida.

Rosa Ribas y Sabine Hofmann nos llevan a la Barcelona de 1952, en vísperas del Congreso Eucarístico a través del que el régimen franquista quiere proyectar al mundo una imagen de normalidad y orden en el país donde "el crimen se persigue y castiga de forma eficaz". Entonces Mariona Sobrerroca, una viuda de la alta sociedad catalana, aparece asesinada en su propia casa.
A instancias del fiscal, Isidro Castro está al frente de la investigación y ésta recibe "tratamiento prioritario en la prensa". En concreto, será La Vanguardia quien tenga la exclusiva de la noticia y Ana Martí, hasta entonces encargada de las crónicas de sociedad, a la que le asignen el trabajo.
Por razón de su sexo, inicialmente no es bien recibida por el inspector Castro pero a Ana el oficio le viene de familia y pronto se da cuenta de que la investigación no va bien encaminada y se pone a indagar por su cuenta. Con la ayuda de la lingüista Beatriz Noguer el caso da un giro y la situación se torna peligrosa para ambas que recurrirán a la ayuda de Pablo, sobrino de Beatriz y abogado de profesión.

Lo que más me ha gustado de esta novela ha sido la ambientación. Creo que esa Barcelona de 1952 está muy conseguida. Desde la escasez de provisiones o las estrecheces en que se vivía, a la sensación de miedo que acompañaba a los ciudadanos a todas partes. Miedo a la delación por cualquier nimiedad, hasta el punto de bajar la voz para decir según qué cosas, miedo a la policía, miedo a las represalias. La atmósfera opresiva del régimen franquista está bien recreada y se transmite al lector.

La historia está estructurada en capítulos cortos que le dan ritmo y aumentan el interés en la trama. Se avanza en ella de forma lineal y vamos conociendo los avances al tiempo que los protagonistas. La trama está bien construida aunque flojea al final.

Los personajes están muy bien perfilados y son coherentes con los roles que las autoras les asignan.
Ana y Beatriz son dos mujeres adelantadas a la época en la que les ha tocada vivir. Solteras, independientes, cultas y profesionales. Perspicaces y desenvueltas pecan de cierta ingenuidad.
 A la primera se la tolera en la profesión por escribir frivolidades de sociedad pero ella aspira a ser una periodista de verdad, como lo fue su padre, represaliado por el régimen, o como lo fue su abuelo.
La segunda sobrevive vendiendo su colección de libros clásicos ya que está condenada al ostracismo por defender la legitimidad de la república.
El detective Isidro Castro pertenece a la Brigada de Investigación Criminal. Trabaja en la Jefatura Superior de Policía en Vía Layetana, un edificio que pone los pelos de punta a los barceloneses con solo pasar por delante, ya que ahí también tiene su sede la Brigada de Investigación Social. Los métodos de trabajo policial de la época quedan bien recogidos, lo importante es conseguir confesiones sin importar los derechos de los detenidos, encontrar culpables convenientes que no incomoden al régimen ni a sus ejecutores. En estas aguas Isidro Castro, que no es ajeno a los métodos anteriores, conserva cierto sentido de la justicia.

¿Lo que menos me ha gustado? El desenlace. Me resultó un poco traído por los pelos, una carambola un poco forzada.


En este enlace podéis leer el comienzo de la novela.


Ficha técnica:

Don de lenguas
Autor: Rosa Ribas, Sabine Hofmann
Sello: Siruela Colección: Nuevos Tiempos 250
ISBN: 978-84-15803-06-5
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 408
Idioma de publicación: Español
Precio: 19,95 €


miércoles, 8 de abril de 2015

El peso del corazón, Rosa Montero

Hace unas semanas, desde la editorial Seix Barral, se pusieron en contacto conmigo para ver si me interesaba leer y reseñar El peso del corazón, de Rosa Montero, la nueva aventura de Bruna Husky. Había leído la primera entrega, Lágrimas en la lluvia, y me gustó así que no dudé en aceptar. Estas son mis impresiones.



Sinopsis:

Contratada para resolver un caso a primera vista sencillo, la detective Bruna Husky se enfrenta a una trama de corrupción internacional que amenaza con desestabilizar el frágil equilibrio entre una Tierra convulsa y la dictadura religiosa de Reino de Labari. En un futuro en el que la guerra está supuestamente erradicada, Bruna lucha contrarreloj por la libertad y en defensa de la vida, mientras asimila los sentimientos contradictorios que le produce hacerse cargo de una niña pequeña. Bruna Husky es una heroína extrema y fascinante; una superviviente capaz de todo que se debate entre la fragilidad y la dureza, entre la autosuficiencia y la desesperada necesidad de cariño. Es una fiera atrapada en la cárcel de su corta vida, un tigre que va y viene ante los barrotes de su jaula «para que no se le escape el único y brevísimo instante de la salvación», como el felino de la bella frase de Elias Canetti. El peso del corazón es un thriller, una novela de aventuras política y ecológica, una historia de fantasía y ciencia ficción, un relato mítico, un cuento para adultos, una reflexión sobre la creación literaria, una metáfora sobre el peso de la vida y la oscuridad de la muerte… ¡Y una historia de amor! Rosa Montero regresa al mundo fascinante que creó en Lágrimas en la lluvia y nos sorprende de nuevo con esa potencia narrativa que ha convertido a Bruna Husky en una protagonista legendaria.


Mi lectura:

A medio camino entre la ciencia ficción y la novela negra, Rosa Montero nos trae una nueva entrega de la detective Bruna Husky, a la que nos presentó hace cuatro años en Lágrimas en la lluvia. Si no habéis leído esta primera novela y esto os frena a la hora de leer El peso del corazón os digo desde ya que no es ningún handicap. La visión del futuro planteado por la autora, el personaje protagonista y la trama se siguen y entienden perfectamente de forma independiente.

En esta ocasión Bruna Husky es contratada para localizar un diamante robado. Un caso aparentemente sencillo que se irá complicando a medida que avanza en la investigación, enredado en tramas de corrupción internacional, tráfico de material radioactivo y tensos equilibrios políticos. Entre medias una niña rusa radiada, falta de acceso a una sanidad muy avanzada para quien pueda pagarla, un mundo contaminado e injusto, en el que los recursos (incluídos el agua o el aire limpio) son limitados y escasos.

Rosa Montero nos plantea un futuro, no muy lejano, donde seres fabricados a través de la ingeniería genética, los replicantes, son empleados en trabajos especializados, semejantes físicamente a los humanos, pero con características mejoradas en función del trabajo a que estén destinados. Creados a mediados del siglo XXI y capaces de resistir las condiciones de Marte y de dos lunas de Saturno con la finalidad de emplearlos en su explotación geológica, poseen una resistencia, fuerza e inteligencia superior a la media humana.
Son madurados de forma acelerada en plantas de gestación y nacen prácticamente idénticos al ser humano con 25 años y una memoria artificial implantada. Pero su ciclo vital es más corto, mueren con 35 años a causa de un proceso cancerígeno masivo sin cura. Por tanto, sólo viven 10 años, en una continua cuenta atrás.
Uno de ellos es Bruna Husky, una replicante de combate, una tecnohumana diseñada para la lucha. Vive en Madrid, en la región hispana de los Estados Unidos de la Tierra, nación única en la que todos los países se integraron. Tras los dos años de servicio obligatorio que todos los rep cumplen trabaja como detective privada.

Nos pinta Rosa Montero un futuro distópico bastante desesperanzador que puede no estar tan lejos de la realidad.
Todos los países del planeta se han unido formando los Estados Unidos de la Tierra. De esta manera las guerras están supuestamente erradicadas aunque surgen tensiones independentistas.
La contaminación ha provocado que haya enormes zonas de aire que enferma a la población y en las sanas se debe pagar. El calentamiento global ha causado estragos en el planeta, el deshielo hizo subir el nivel del mar anegando las zonas costeras, más pobladas y fértiles y provocando movimientos migratorios y hambrunas que desembocaron en violencia y guerra.
La discriminación sigue presente en el planeta: poderosos frente a pobres, humanos frente a reps,... La sanidad de primera sólo está a disposición de quienes pagan un seguro.
Además, a pesar de los numerosos avances tecnológicos (incluso se han creado dos estructuras artificiales que orbitan la Tierra, se ha desarrollado la teleportación y se ha descubierto y tenido contacto con extraterrestes) no se ha conseguido alargar demasiado la esperanza de vida y los humanos están obsesionados por la estética sometiéndose a todo tipo de operaciones y tratamientos rejuvenecedores.

En este marco Montero nos trae una buena historia, bien construida y mejor contada, en la que que se tratan temas atemporales como el miedo a la muerte, la ecología, la manipulación histórica e informativa, la memoria y la identidad, la moral y la ética, el racismo, el integrismo, el fanatismo religioso... Problemas actuales que perduran en el futuro como telón de fondo de una historia en la que los personajes crecen a cada página. Un gran acierto entre los que destaca nuestra protagonista, Bruna Husky quien, como replicante que es, con una esperanza de vida tan corta, está obsesionada por la muerte y vive pendiente del calendario.

En este enlace podéis leer el primer capítulo.


Gracias a Seix Barral por el ejemplar.


Ficha técnica:

El peso del corazón
Rosa Montero
Seix Barral; Colección: Biblioteca furtiva
Edición: 1 (17 de febrero de 2015)
Tapa blanda: 400 páginas
Idioma: Español
ISBN-13: 978-8432224195
Precio: 20 €


martes, 7 de abril de 2015

El sueño del depredador, Óscar Bribián

Ediciones Versátil, en su colección Off Versátil de novela negra, thriller y misterio, ha conseguido reunir una buena selección de títulos con una edición muy cuidada y unas portadas atrayentes, apostando por nuevos autores.
El sueño del depredador llegó a mis manos el año pasado. Pero con el parón que hice en mis compromisos lectores y en el blog su lectura fue quedando relegada. Recuperado el ánimo y el interés en el blog le ha llegado el turno.



Sinopsis:

En un control rutinario en la carretera de entrada a Zaragoza, la Policía detiene un vehículo sospechoso. En su interior encuentran varios cerdos muertos y diversos instrumentos para desollarlos, algo extraño, pero no especialmente preocupante… si no fuera porque en la boca de uno de los animales aparece un dedo humano…

Laura Beltrán, la nueva subinspectora de la Brigada Provincial de Homicidios, y su superior, Santiago Herrera, un veterano inspector, se verán envueltos en un abanico de asesinatos que combinan el sadismo y los enigmas de la psicopatía con las inquietudes propias del comportamiento humano.


Mi lectura:

Óscar Bribián nos presenta en El sueño del depredador una novela negra que engancha. Nos lleva a Zaragoza, un escenario que no es habitual en este género que poco a poco va ampliando decorados y saliendo de Madrid o Barcelona.

Inicialmente la novela tiene dos tramas en las que los capítulos se van alternando. Por un lado tenemos el caso policial. Unos rumanos son detenidos en un control policial de carretera. En el maletero del vehículo llevan dos cerdos muertos. Podría haberse quedado en un simple robo de no ser por que en la boca de uno de ellos aparece un dedo humano. El inspector Santiago Herrera y la recién llegada subinspectora Laura Beltrán se hacen cargo de una investigación de asesinato que se complicará a cada paso.
La trama secundaria es, para mí, más interesante que la anterior. En ella conocemos a Ismael, un niño inquietante y perverso que crece en un hogar desestructurado. Con un padre maltratador y una madre que capea como puede el temporal, el pequeño comienza matando insectos, jugando con fuego e imaginando que a sus compañeros les suceden cosas terribles aumentando poco a poco el nivel de violencia. Solitario e inadaptado vemos la evolución de un personaje con una mente enferma.
Inicialmente ambos hilos parecen no tener relación pero sabemos que tarde o temprano van a  converger y lo hacen sin chirriar por mucho que el final sea inquietante e incluso diría que terrorífico.

La novela, en general, tiene buen ritmo, a lo que ayuda la corta extensión de los capítulos, salvo en la parte central en la que decae un poco al desarrollar la historia personal de los dos policías al frente del caso.
Ambos tienen mucho en común, divorciados y con un hijo, sacrifican su tiempo con él por su trabajo. Pero también diferencias. Ninguno de los dos me ha caído especialmente bien.
Tanto ellos como los secundarios que les acompañan, pero especialmente el niño, son personajes bien perfilados y construidos.

Santiago empieza a estar quemado. Al frente del equipo, sus tareas se ven incrementadas por la burocracia a la que tiene que hacer frente. En momentos puntuales esnifa cocaína pero es un consumo que se le empieza a ir de las manos. Está divorciado y tiene un hijo del que se lamenta no poder ver todo lo quisiera aunque por otro lado no pone mucho de su parte para ello anteponiendo su trabajo a las visitas que tiene asignadas.
Le he notado al autor cierto corporativismo respecto a este personaje en particular y, en general, respecto a la actuación policial a lo largo de toda la novela. Por algo él también es policía.
"Antes nos respetaban a base de hostias. Ahora nos insultan sin que podamos darles su merecido [...]"

Por contra Laura acaba de trasladarse a la unidad. Afronta el trabajo con vocación y ganas. Arrastra un pasado duro y parece tener algo que demostrarse así misma y frente a los demás. También tiene un hijo cuya crianza afronta sola. Al igual que Santiago sacrifica parte del tiempo que podría estar con él en favor de la investigación.

Con Ismael el autor ha logrado un personaje de ésos que no se olvidan fácilmente. Es inquietante ver la evolución psicópata de este niño y a la vez se siente cierta impotencia al asistir como espectadores al de hogar en el que tiene que crecer sin que nadie parezca darse cuenta y sin que nadie reaccione, ni siquiera su madre. Totalmente carente de empatía, incapaz de mostrar ningún sentimiento, comienza torturando insectos y pasa a atacar a sus compañeros en una escalada que se adivina irá a más caso de haber futuras entregas.

En la parte negativa diría que a Bribián le falta madurar un poco como escritor. Aparecen expresiones como "disponía de una buena disponibilidad horaria" (p.87) en las que me pareció que le faltaba una vuelta al libro.
A pesar de ello consigue una novela en la que el caso policial está bien presentado, planteado y resuelto (se le nota el oficio y el conocimiento de los métodos policiales desde dentro) con un toque de intriga que apunta a algo mayor. Algo que aterra, de lo que tirar en una posible futura entrega. Y es que al terminar la lectura me quedé con la sensación de haber leído el prólogo de una obra mayor, que está por venir, que Ismael apunta a un personaje cuya maduración daría mucho juego, en cuyo caso apostaría por Óscar Bribián.


En este enlace podéis empezar a leer la novela.

Muchas gracias a Ediciones Versátil por el envío del ejemplar.


Ficha técnica:

El sueño del depredador
Óscar Bribián
Ediciones Versátil. Colección Off Versátil
Fecha de publicación: 6 octubre de 2014
240 páginas
Rústica con solapas
ISBN: 978-84-942257-0-3
Precio: 16 €


viernes, 3 de abril de 2015

Muerte de un violinista, José Luis Correa

Cuando eché un primer vistazo a las pruebas de la Yincana Criminal organizada por Kayena y Carmina fui asignando mentalmente autores a algunas de ellas. Otras me están costando más y voy investigando un poco sobre la marcha. Pero en el apartado de "Islas enigmáticas" lo tuve claro, inmediatamente me vino a la mente el canario José Luis Correa y su detective Ricardo Blanco, del que ya había leído las dos primeras entregas. La siguiente, Muerte de un violinista, encajaría en alguna de sus categorías.



Sinopsis:

Esta nueva entrega de las aventuras del detective Ricardo Blanco se inicia con la súbita muerte del primer violín de la Filarmónica de Nueva York durante un concierto en el Auditorio de Las Palmas. La trascendencia internacional del caso y la necesidad de una gran discreción hacen que la policía recurra a los servicios del detective Ricardo Blanco para investigar lo que resultará ser un asesinato. Las sospechas se centran pronto en torno a uno de los miembros más recientes de la orquesta, la viola canadiense Juliette Legrand. Sin embargo, a medida que va escarbando en su pasado, Blanco se sentirá irremediablemente atraído por ella, lo que le producirá más de una complicación. En esta entrega se descubren nuevos datos sobre el pasado y la personalidad de Blanco, un detective privado poco convencional, amante del jazz y la buena literatura. Estos elementos, junto a un variado elenco de personajes secundarios y a un sorprendente giro final, conforman una historia que consigue mantener en vilo al lector hasta su desenlace.


Mi lectura:

Hoy tampoco os traigo ninguna novedad editorial sino una novela publicada en 2006, Muerte de un violinista, de José Luis Correa, la tercera entrega de la serie Ricardo Blanco, de la que el año pasado había leído las dos primeras (ya sabéis, y si no os lo cuento, de mi querencia por leer las series por orden).

En esta ocasión Correa nos trae nada menos que a la Filarmónica de Nueva York a dar un concierto en Las Palmas. Durante el mismo el concertino (que para quien, como yo antes de leer la novela, no lo sepa es el primer violín de la orquesta) muere asesinado y la policía recurre a él para que investigue con discreción, no sea que vayamos a tener un conflicto diplomático. En sus pesquisas pronto empatiza con Juliette Legrand, viola recién llegada a la orquesta sobre la que pesa la duda. ¿Víctima o verdugo? Ricardo Blanco resolverá el misterio haciendo gala nuevamente de una gran perspicacia y profesionalidad.


Con las novelas de esta serie me queda la impresión de que la intervención de nuestro detective protagonista, o está un poco traída por los pelos, o no queda bien justificada. En este caso nos encontramos con que la investigación recae inicialmente sobre él y la policía tiene las manos atadas. No entiendo mucho sobre procedimientos ni sobre relaciones diplomáticas pero se me hizo extraño que en un crimen cometido en España, por muy norteamericano que sea el muerto, hasta el forense tuviese que esperar sin que hubiese un juez que llevara las riendas.

Salvo este detalle, del que repito no estar segura de que sea el procedimiento correcto o no, el misterio está planteado con acierto. Una víctima interesante rodeada de varios sospechosos, sin causa aparente para el crimen; nivel de intriga que se mantiene a lo largo de la novela, dosificando la información; y final correcto, sin precipitaciones aunque, quizás, algo peliculero.

Pero esto es lo de menos. No busco las novelas de este autor por la originalidad de sus casos o por la meticulosidad a la hora de plantear y describir procedimientos policiales o judiciales. Me gusta José Luis Correa como escritor, su estilo, cómo introduce los diálogos en la narración sin romper el ritmo, cómo usa los giros y expresiones canarias.
Esto mismo me pasa también con muchos escritores sudamericanos. Creo que es un acierto alejarse de ese español neutro y excesivamente correcto en el que muchos escriben. En mi opinión, de este modo la narración gana color y calor mostrando, asimismo, la riqueza de nuestra lengua.

"... el vino empezaba a endormirle la lengua y a dejarle chapotes colorados en las mejillas."

"Pensé que la había jeringado, que me iba a echar un rezado, a liarme con formalismos, a darme cuerda hasta que me aburriese."

Y me gusta Ricardo Blanco como investigador. Un hombre aficionado al jazz, al cine y a la lectura. Son muchas y muy buenas las referencias a estas tres aficiones que aparecen en sus novelas. Un hombre solitario al que, desde la muerte de su madre, sólo le queda su abuelo por familia, un anciano sabio, con esa sabiduría que dan los años, y que sabe escuchar. Un hombre que no tiene mucha suerte con las mujeres, al que le gusta comer pero no sabe cocinar. Concienzudo y tenaz en su trabajo. Observador y paciente, perspicaz, que es detective por carambola, tras haber pasado por otros muchos oficios y llegar a un acuerdo con un amigo que aportó el capital a una sociedad en la que él se puso a sí mismo. Un buen hombre al fin y al cabo.

Y una buena serie de novelas policíacas que, si os gusta el género, os recomiendo. Yo no tardaré en leer otra. Estoy segura.


Ficha técnica:

Muerte de un violinista
Correa, José Luis
Alba Editorial. Colección: Novela negra Número colección: 69 
Encuadernación: rústica
ISBN: 84-8428297X
Páginas: 302
Precio: 15,50 €